Las rebajas suelen ser, en su mayoría, un timo para nosotros, los pobres currantes, que las esperamos para comprarnos algún caprichillo que no hemos podido darnos antes.
Pero en realidad no está tan rebajado y a veces, ni lo está. Aun así, seguimos cayendo en lo mismo, buscando algo que valga la pena.
Hoy he ido a una tienda en busca de una bambas que hace tiempo que miro y, vaya, estaban, pero no mi número. Me he probado hasta un número más pero... nada que hacer. Así que he seguido mirando, no sin mucha convicción de ver algo, y he encontrado una camiseta. Y he pensado, ¿por qué no?, mientras me la llevaba al probador. Me ha gustado y me la he llevado.
Mientras cogía el metro pensaba que ya había hecho mi compra de rebajas (rebaja notable, esta sí) y de momento, nada más. Que mientras pagaba el billete del metro bufaba sonoramente pensando en cómo pueden ser tan ladrones y subir tanto todo, hasta el metro. O el pan, o el agua, o la leche...
Respirar de momento es gratis, así que he vuelto a bufar.
miércoles, 9 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario