sábado, 23 de abril de 2011

Maldito chicle!

Normalmente, mientras estoy en la oficina, mastico un chicle de menta sin azúcar. Me ayuda con los nervios y el estrés.

El Director General es alguien a quien es mejor no cruzarse por los pasillos, ya que observa críticamente cualquier conducta.

Y ahí voy yo, por los pasillos, masticando mi chicle y tarareando una canción, camino a recepción, cuando al girar la esquina, entre tarareo y tarareo se me cae el chicle frente al Director, que ve como lo cojo al vuelo contra mi pecho y, sin saber qué hacer en esa situación, lo vuelvo a meter en mi boca, sonrío, digo "Bon dia" y sigo caminando lo más rápido posible, vaya a ser que además de su ceño fruncido, diga su opinión sobre lo que acaba de ver...

No hay comentarios: